
No espere nada más, me senté y comencé a pensar en el. Lo primero que se me vino a la cabeza fue su imagen, su cara, su pelo, sus ojos, su olor. Más tarde comencé a extrañarlo, seguido a eso y casi pegado empecé a necesitarlo. No sabía bien porque me pasaba todo esto, más bien creo que no quería sentir. Me negaba profundamente a sentirme débil por un mortal. Quien era el para cambiar mis sentimientos, mi estado de animo, mi día, mi cabeza, mi vestimenta, para cambiarme a mí. Comencé a odiarlo entonces, inútilmente porque. .. del odio al amor hay un solo paso dicen, entonces así fue. Lo miraba y agachaba la cabeza. .. de a poco me hacía cada vez más débil, y no solamente eso, si no que esto venia acompañado de sentirme vergonzosa también. Quería saber todo acerca de el, y cuando digo todo, me refiero a todo completamente. Alguien se ofreció para ayudarme a saber que pensaba el de mí. Cada vez que se presentaba la oportunidad, yo aflojaba inútilmente. Y puedo decir entonces que una vez más se me complicaba las cosas, me sentía frustrada, atemorizada, avergonzada, y todos los días aparecía algo nuevo en mí. Un día decidí parar con este secreto, y me anime averiguar lo que pensaba el. Tengo que aceptar que me fue bien, ¿bien dije? BASTANTE BIEN, diría yo. Conseguí enterarme que a el le gustaba, estaba loco por mi. Y eso me ayudaba bastante. A lo que voy, ahora no me sentía débil, ahora era fuerte, porque sabía que tenía lo que quería, Y LO TENÍA. Era para mí.
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