Que tan fácil olvidar los bellos momentos que pasaron, el ver algo que no ven los demás en ti, en sentir los abrazos y besos, las caricias, las risas?, ¿es fácil olvidar todo eso de un día para otro? ¿y que pasa con la persona que lo entrego todo? ¿que siente?, ¿como reacciona? lo primero es reaccionar de dos formas: tristeza y enojo; tristeza por como se dieron las cosas… por que termino el cariño, el amor, por que se acabo todo; por otro lado el enojo: el sentimiento de culpa o de impotencia, por que al haber dado todo lo que tenias (física o sentimentalmente) resulta que se fue a la basura de un momento a otro… estos sentimientos vienen entremezclados y a fin de cuentas se llega al momento de actuar de una manera desesperada, esto es, decir cosas que no sentimos en el momento, hacer cosas que después te arrepientes de hacerlas, borrar cartas, romper fotos… e incluso, pensar en millones de cosas el por que termino todo: “que si no me quiere”, “que si ya hay alguien mas”, “que si fui yo el/la culpable” y así puede seguir la lista llenándonos de dudas que a fin de cuenta vienen a enfermarnos de alguna manera y que vienen a perjudicarnos de muchas formas. ¿y que pasa con la otra persona?, quizá este feliz por que termino todo… es lo mas lógico que pensaríamos (hablando del coraje y la impotencia), pero… ¿y si no?, vaya, quizá tenia demasiados problemas y no quería arrastrarnos con el/ella, pero ¿sabemos realmente lo que pasa por su mente para tomar tal decisión? ahora bien, para que o por que gastarnos pensando mil cosas, cuando podemos aprovechar la oportunidad de ocuparnos de nosotros mismos, dedicarnos mas tiempo a nosotros, y recordar lo que paso con una sonrisa, atesorar los momentos bellos que pasaron, recordar las risas, las salidas… las travesuras, a fin de cuentas eso no es difícil, al contrario, es tan fácil como pensar en un momento hermoso y sonreír, o incluso sonreír sin ningún motivo, simplemente por que nos sentimos tranquilos y a gusto “No llores por que termino, Alégrate por que sucedió”,